EL PRIMER "SABIO" DEL ATLETI

Todavía no había nacido Luis Aragonés, a la postre bien conocido como El Sabio de Hortaleza, cuando un gijonés, perteneciente a una de las más importantes sagas futbolísticas que ha dado este país, se ganara el corazón de la afición rojiblanca y, debido a su magistral manera de jugar, recibiera para siempre el apelativo de El Sabio

A comienzos de la década de 1920, el joven Ramón Herrera estaba llamado a convertirse en uno de los jugadores con más clase del fútbol asturiano y uno de los mejores delanteros de todo el país. Cuenta diecisiete años cuando ingresa en las filas del Athletic del Llano como interior izquierdo. Sin embargo, su gran habilidad para el gol, potencia de disparo con ambas piernas, espléndido remate de cabeza y la inteligencia con que se desenvolvía dentro del área, pronto harán que pase a ocupar el puesto de delantero centro.

Ramón Herrera antes de ser conocido como El Sabio

No habrá de pasar mucho tiempo para que el Sporting de Gijón se fije en el joven delantero y se haga con sus servicios. Estamos en el año 1925 y el hábil Herrera no tardará en hacerse hueco en el once titular, relegando a un segundo plano a jugadores que hasta entonces lo habían significado todo para la afición de El Molinón. Así, y hasta su marcha del equipo, sobre el césped gijonés se va a poder disfrutar de una de las delanteras más gloriosas de la historia del club, formada por: Domingo, Loredo, Herrera, Pin y Argüelles. En el Sporting verá también debutar a su hermano, el mítico Herrerita, que será pronto adquirido por el Real Oviedo y que, formando parte de otra delantera histórica, aportara las mejores tardes de fútbol que jamás ha visto el equipo azulón.

El mítico Herrerita, hermano de Ramón

Ya en 1927, Herrera ficha por el entonces Athletic de Madrid. El Estadio Metropolitano y ante el gran rival, el Real Madrid, será testigo de uno de sus partidos más extraordinarios. Las crónicas describen como "memorable" la actuación del asturiano en este encuentro, y eso que juega lesionado. Pero en la mentalidad de Ramón Herrera no existe lo de cuidarse y recuperarse de una lesíon y, como siempre, sale a darlo todo en el campo, convencido de que, en cualquier caso, aún le quedan muchos años de fútbol.

Otro partido memorable será el que sirva de debut en el equipo para Pena, Tronchu y Adolfo, conocidos por el público del Metropolitano como los "jugadores taxis". De nuevo, el juego realizado por el gijonés en este encuentro será tan extraordinario, que el periodista Manuel Gómez Domingo "Rienzi" le va a acuñar el calificativo de Herrera I El Sabio. A partir de este momento, ya no volverá a ser Ramón Herrera, sino que se le va conocer por este sobrenombre.

Ramón Herrera El Sabio

Es tal la genialidad de El Sabio sobre el terreno de juego que, en otra sus grandes tardes, esta vez ante la Real Unión de Irún, va a salir literalmente a hombros del Metropolitano, llevado por una multitud de aficionados maravillados por su juego.

Sin embargo, a partir de aquí, el cúmulo de lesiones mal curadas y el derroche físico acumulado en estos años empezarán a pasarle factura. Marchará a Sevilla para realizar el servicio militar, donde pasa un tiempo hospitalizado, debido al estado en que se encuentra. Una vez fuera del hospital, el Real Betis se interesará por él, ingresando en las filas verdiblancas para esa temporada. Otra vez, su facilidad para el gol y su juego habilidoso dejarán muchas veces boquiabierta a su nueva afición. Finalmente, y nunca habiendo terminado de recuperarse, regresa a su tierra natal y vuelve a recalar en el Sporting de Gijón, donde permanecerá ya hasta el momento de su retirada, en 1935.

Chus Herrera luciendo la camiseta del Real Madrid

La dinastía futbolísitica de los Herrera tendría años después un continuador en su sobrino Chus Herrera, hijo de su hermano Herrerita. Sin embargo, la muerte prematura del joven, cuando formaba parte del Real Madrid a comienzos de la década de 1960, privará demasiado pronto al público madrileño de disfrutar de quien podría haber sido el mejor sucesor de El Sabio.

Si te ha gustado este artículo, por favor, vota nuestro blog: