Italia y España empatan a un gol en uno de los partidos más sucios y amañados de la historia de los Mundiales. La consigna de Mussolini "Vencer o morir", siete jugadores españoles lesionados durante el encuentro (Zamora -con dos costillas rotas-, Ciriaco, Fede, Lafuente, Iraragorri, Gorostiza y Lángara) que no podrán disputar el partido de desempate al día siguiente, y un árbitro o inútil o comprado (el belga Louis Baert), dejan entrever fácilmente lo que pasaría a la historia como la "Batalla de Florencia". Regueiro será el autor del gol español, mientras que Ferrari, al tiempo que su compañero Schiavio agarraba descaradamente a Zamora ante la permisividad del colegiado, conseguirá el tanto para los italianos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario