El Estadio Fuorigrotta de Nápoles sirve de escenario para el encuentro de senifinales de los Juegos Olímpicos de Roma entre las selecciones de Italia y Yugoslavia. Finalizado el tiempo reglamentario con el resultado de empate a cero goles, será necesaria una prórroga de 30 minutos para deshacer la igualada. Sin embargo, al terminar el tiempo de prolongación el marcador muestra un nuevo empate, esta vez a un gol, obra de Tumburus (para Italia) y de Galic (por los yugoslavos), decidiéndose entonces el vencedor mediante el lanzamiento de una moneda, que otorgará la suerte, precisamente, al equipo organizador del evento.
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