JUANITO Y HERALDO BECERRA: DOS HISTORIAS PARALELAS


El final de la década de 1960 iba a marcar una etapa de profundos cambios en la historia del Atlético de Madrid. Reciente está todavía el traslado del feudo rojiblanco desde el histórico Estadio Metropolitano al de más nueva construcción a la ribera del Manzanares, cuando el club tiene que pensar en la adquisición de nuevos talentos para afrontar la marcha del equipo de jugadores históricos, como Griffa, que no hace mucho ha sido traspasado al RCD. Español, o Rivilla y Calleja, ya veteranos y cuya trayectoria futbolística tiene los días prácticamente contados.


Juanito, jugador del At. Madrileño
Estas son las circunstancias bajo las que llega al Atlético, en 1969, para jugar en los juveniles, un malagueño de 15 años, procedente de Fuengirola, y que ya había destacado en varios clubes de su tierra natal. Su nombre: Juan Gómez “Juanito”. La joven promesa, de carácter marcadamente temperamental, no tardaría en rebelarse para ser ascendido al segundo equipo, el Atlético Madrileño, llegando incluso a amenazar con largarse de regreso a su tierra.

Sólo dos años después de la llegada de Juanito, y en medio de la polémica con el tema de los “oriundos” que afectará al fútbol español en los primeros años 70, se produce el fichaje del brasileño Heraldo Becerra, formado en las filas del Cruzeiro y que desde 1968 había sido parte esencial de la exitosa delantera del Newell’s Old Boys argentino, que entrenaba Juan Carlos Lorenzo.

De características muy similares dentro del terreno de juego, ambos jugadores cuentan también con un carácter muy parecido. Así, Juanito no tardará en ver en Becerra el espejo en el que mirarse, no sólo como jugador, sino también adoptando en gran medida bastantes aspectos de la conducta excéntrica del brasileño. Sin embargo, mientras el brasileño triunfa con el primer equipo, el de Fuengirola tiene que conformarse con destacar en el Atlético Madrileño y soñar con una oportunidad que le permita dar el gran salto de categoría…


Juanito retirado en camilla el día de su debut

… Y por fin, el 10 de Enero de 1973, parece que esta oportunidad va a llegar. En el Estadio del Manzanares. Atlético de Madrid y Benfica van a enfrentarse en un encuentro amistoso a beneficio de los damnificados por el terremoto de Managua. El técnico rojiblanco, Max Merkel, dispondrá su once de gala para la primera mitad del partido, mientras que en la segunda parte tiene pensado jugar con una formación compuesta en su mayoría por jugadores reservas y algunos jóvenes valores. Así, ante el escaso público que esta fría noche puebla las gradas del Calderón, se produce el debut de Juanito con el primer equipo, que salta al campo al comienzo del segundo tiempo. Testigos del acontecimiento son también el entonces Príncipe de España, Don Juan Carlos de Borbón, el Ministro de Asuntos Exteriores y el embajador de Nicaragua. La entrega de Juanito, a pesar del carácter amistoso del enfrentamiento, es total. Tal es así que, a falta de diez minutos para el final del partido, y con el marcador 0 – 0, Heraldo Becerra, que es uno de los pocos jugadores locales que han permanecido en el campo desde el comienzo, le lanza un pase que el malagueño no piensa desaprovechar, acudiendo en plan suicida a por el balón, al tiempo que el veterano portero lisboeta Henrique sale con los tacos por delante, en su intento por evitar el gol. El choque resulta fatal para el español quien, tras ser atendido en el terreno de juego durante tres minutos, tiene que abandonar el estadio en ambulancia, con una doble fractura de tibia y peroné.

Heraldo Becerra, todo un ídolo rojiblanco
El debut de Juanito con el primer equipo del Atlético de Madrid no podía haber sido más desafortunado. Mientras su carrera se ve bruscamente detenida por esta grave lesión, su compañero Becerra vive uno de los momentos más dulces de su trayectoria al final de esta misma temporada, con la consecución del título de Liga. Convertido, además, en uno de los ídolos de la afición, el brasileño puede escuchar semana tras semana corear su nombre a cierto sector de espectadores del Calderón, al grito de “illa, illa illa, Becerra maravilla.

Muchos meses tardará Juanito en recuperarse de aquella lesión que tanto tiempo le tiene apartado de los terrenos de juego. Sin embargo, cuando el jugador está listo para regresar, una nueva decepción volverá a interponerse en su camino. Desde el comienzo de la temporada 1973-74, Juan Carlos Lorenzo es el técnico del equipo rojiblanco, que llegará a disputar la final de la Copa de Europa y tiene en Becerra uno de los máximos estandartes. El entrenador argentino, que no cree en la total recuperación del malagueño, propondrá a la directiva deshacerse de él. De este modo, Juanito es ofrecido primeramente al Sevilla CF., que lo rechaza por desconfiar, igualmente, de su recuperación y, finalmente, al Burgos, que sí lo aceptará, a instancias de José María Negrillo, que había sido segundo entrenador del Atlético de Madrid en la etapa de Max Merkel como entrenador, y que por tanto conoce las características del malagueño De esta manera tan poco honrosa, Juanito tiene que abandonar el equipo al que había llegado cuatro años atrás, siendo, además, ésta la causa del “odio a muerte”, según sus propias palabras, que por el resto de su vida sentirá por el club rojiblanco.

Y como dicen que “donde las dan las toman”, en su tercera temporada en el conjunto burgalés, y con el equipo ya en 1ª División, Juanito regresa al Estadio Vicente Calderón, esta vez como visitante, el 5 de Diciembre de 1976, para disputar la novena jornada del Campeonato Nacional de Liga frente a su ex-equipo. Se puede decir del de Fuengirola que en este enfrentamiento realiza uno de los mejores partidos de su carrera, finalizando el encuentro con un resultado de 0 – 3 favorable al Burgos. Los tres goles parten de la habilidad de Juanito, que está pletórico. La principal víctima de la jugada trenzada por el exrojiblanco que propiciará el segundo gol para los burgaleses no es otro sino Becerra. Cinco minutos después, el brasileño es sustituido por Aguilar. Heraldo Becerra jamás volverá a vestir la camiseta del Atlético de Madrid. A lo largo del partido, los silbidos y protestas contra el banquillo y el palco atlético son constantes, a pesar de que los del Manzanares ocupan la primera posición en la tabla clasificatoria. Si casi cuatro años antes Juanito había tenido que abandonar el estadio en camilla, en esta ocasión se puede decir que lo va a hacer “por la puerta grande”.

Becerra sólo pudo lucir dos veces los colores de Boca
Poco después, Becerra será traspasado al Boca Juniors, que entrena Juan Carlos Lorenzo, donde tan sólo llegará a disputar dos partidos: el 6 de Marzo de 1977, frente al Banfield, con victoria de Boca por 2 – 1; y el 13 de Marzo, frente a Estudiantes de La Plata, encuentro en el que entrará en sustitución del futuro jugador del Valencia CF. Darío Felman, y que los de Boca perderán por 2 – 0. Esa misma noche, después del partido, el brasileño sale de viaje hacia la ciudad de Rosario. El futbolista ocupa, adormilado, el asiento del copiloto, cuando el vehículo en el que viaja por la Ruta Panamericana se estrella contra un camión que había atravesado en medio de la carretera, a la altura de la localidad de Campana. De esta trágica manera pierde la vida Heraldo Becerra, la madrugada del 14 de Marzo de 1977.

A la vez que la vida de Becerra se apaga para siempre, la estrella de Juanito empezará a brillar con una fuerza inusitada. A finales de la temporada 1976-77, Real Madrid y FC. Barcelona pugnan por hacerse con sus servicios. A pesar de que la oferta del club azulgrana casi duplica a la del equipo merengue, el presidente del Burgos, Martínez Laredo, socio del Madrid, y que aspira a, con el tiempo, ocupar un puesto en la directiva madridista o incluso poder llegar a suceder a Bernabéu en la presidencia del club blanco, propiciará el traspaso al equipo de la capital.

El eterno "7" del Real Madrid
La impronta que Juanito dejará para siempre en el club de Chamartín es bien conocida por todos. Convertido en uno de los grandes símbolos del madridismo, pronto la afición del Madrid adoptará aquel canto que años atrás un sector de la hinchada atlética había creado para su ídolo Heraldo Becerra, adaptándolo al jugador malagueño: Illa, illa, illa, Juanito maravilla.

Tras colgar las botas, el eterno ”7” madridista comenzará una prometedora carrera como entrenador. Ocupa el puesto de técnico del Mérida la noche que regresa a la ciudad extremeña después de ver un partido de Copa de la UEFA del Real Madrid frente al Torino, en el Bernabéu. Al igual que quince años atrás el que fuera su compañero Heraldo Becerra, Juanito va durmiendo, en el asiento del copiloto, cuando un camión que transportaba troncos y circulaba delante del vehículo en el que viajaba, volcó. Manuel Angel Giménez “Lolino”, preparador físico del Mérida, tratará de esquivar los troncos, no pudiendo evitar estrellarse contra otro camión que circulaba por la N-V. Así, en la madrugada del 2 de Abril de 1992, la vida de Juanito se ve truncada de golpe, como años antes lo había sido la de Becerra. Como dato curioso, señalar que Benfica y Torino, los dos equipos que en 1949 se habían visto implicados en la Tragedia de Superga, iban a representar, como hemos podido ver, papeles determinantes en la vida (y en la muerte) del gran ídolo madridista.

El destino, siempre caprichoso, se empeñó en cruzar las vidas de Juanito y Becerra, uniéndolos en la gloria y en la tragedia. Por cierto, la distancia entre el punto kilométrico en el que falleció cada uno de ellos y el lugar de destino al que viajaban es prácticamente la misma. ¿Otra casualidad?

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