El Estadio Santiago Bernabéu es testigo de una Final inédita de Copa del Generalísimo, en la que se van a enfrentar At. Bilbao y Elche CF. La afición ilicitana se desplaza en masa hasta Madrid, de tal forma que según la prensa del momento tan sólo se quedan en su ciudad "los inválidos y las palmeras". Araquistain, ahora portero del Elche, vuelve al terreno que ha sido su feudo durante casi toda la década; por su parte, la meta bilbaína permanece cubierta por el siempre seguro Iríbar. El marcador permanece inmóvil durante casi todo el encuentro hasta que, a ocho minutos del final, un gran pase de Javier Clemente a Arieta II será rematado por éste estableciendo el resultado definitivo de un gol a cero, a favor del equipo norteño, con que termina el partido.
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