LA SELECCION ESPAÑOLA NACIO EN 1909

Estadio de Pont Jumeaux (Toulouse), donde la Selección Española dio sus primeras zancadas, en 1909
Ni fue en Amberes, ni contra Dinamarca, ni en 1920... Lo cierto es que el primer encuentro disputado por la Selección Española tuvo lugar en Toulouse, ante Francia y en 1909. Hoy vamos a desmontar la historia, acercando a nuestros lectores a aquel primer partido que un combinado nacional español jugó hace ya más un siglo en tierras galas.

 
Durante décadas, la historiografía dedicada al fútbol en nuestro país nos ha venido contando que la Selección Española nació en 1920, para tomar parte en los Juegos Olímpicos de Amberes, teniendo en Dinamarca a su primer rival. Hoy podemos afirmar que, efectivamente, este fue el primer encuentro oficial disputado por nuestro combinado nacional... pero sólo eso: oficial.

Con más de una década de anterioridad a lo que hasta ahora nos habían informado, nace el que será el primer equipo nacional español, para enfrentarse con el francés, en el país vecino. Para el combinado español, este será el primer partido de su historia; no así para los franceses, que ya han disputado otros encuentros con las selecciones de Alemania, Inglaterra y Suiza. En esta ocasión, el equipo español estará formado por hombres del Irún Sporting Club, Pontevedra Sporting Club y Real Club Fortuna de Vigo y, dada la importancia del evento, ni el mismísimo Cónsul español dejará pasar la oportunidad de acudir al encuentro.

El campo de Pont Jumeaux, en Toulouse, es el escenario donde la Selección Española salta por primera vez a un terreno de juego. La fecha: el 28 de Febrero de 1909. España viste completamente de blanco, a excepción del escudo que los jugadores lucen en el pecho con los colores de la bandera nacional. Los once alineados de esta primitiva formación española serán:


Los franceses, camiseta roja, con el escudo con los colores de su bandera, forman con los siguientes jugadores:


Terminado el partido, hacia las ocho de la tarde de este mismo 28 de Febrero, un telegrama vendrá a alterar la calma (para regocijo de los muchos aficionados que esperaban expectantes noticias del evento)  en la ciudad de Irún. Su contenido es el siguiente: “Toulouse 28 (7 n.) - Partido soberbio. Empatados a cero goals. Nosotros siempre dominando.”. Ante tal noticia, pronto las calles de la villa guipuzcoana se verán atestadas de aficionados, que lanzarán una buena cantidad de cohetes para celebrar el acontecimiento.

El bisemanario deportivo de la época  Le Journal des Sports describirá el partido como “el más interesante que jamás pudo verse en Toulouse”. Monsieur Labat será el árbitro de la contienda, la cual quedará excelentemente reflejada en el citado rotativo. Después de los dos tiempos de 45 minutos, dominando claramente los españoles en todo momento, el encuentro termina con el resultado de empate a cero, gracias en gran parte a la brillante actuación del meta galo Colombier. Las páginas del Journal analizan también la actuación de cada uno de los jugadores, calificando de “excelente” el trabajo de los defensas, medios y delanteros españoles, si bien nuestro guardameta, Costa, permaneció inédito durante casi todo el partido, a causa del escaso peligro presentado por la delantera local.

Una vez terminado el encuentro, los anfitriones agasajaron a los jugadores españoles con un banquete, al que tampoco faltó el Cónsul español. Al regreso de la expedición hispana, numeroso público congregado en los andenes de la estación de Irún, así como la Banda Municipal, recibirán entre numerosas ovaciones y muestras de reconocimiento a los protagonistas del histórico partido quienes, a continuación, serán acompañados por toda una multitud de simpatizantes hasta la sede del club irundarra, en cuyas instalaciones, así como en las calles de la propia ciudad, los festejos continuarán desarrollándose durante horas.

La Selección Española, de blanco, 75 años después
Sin duda, la idea del encuentro que vio nacer a la Selección Española hay que debérsela a los directivos de aquel Irún Sporting Club, gran precursor del fútbol nacional en sus primeros años. Desde 1907, el club guipuzcoano venía disputando numerosos partidos amistosos contra equipos del país vecino, especialmente de Burdeos, por lo que no es difícil suponer que en uno de tales encuentros surgiera la idea de un evento internacional de estas características.

La Selección no son sólo los futbolistas que vemos jugar en nuestros días, ni aquellos que en 2010 conquistaron la Copa del Mundo en Sudáfrica, sino todos aquellos jugadores que, desde sus comienzos, han ido pasando por ella, aportando cada uno de ellos su granito de arena para que el equipo fuera evolucionando hasta intentar alcanzar cada vez metas más altas. Y, por supuesto, sería injusto dejar de lado a estos once hombres que, hace ya la friolera de 116 años, salieron a darlo todo en un pequeño campo de la villa francesa de Toulouse y a los que, hasta hoy, la memoria había ocultado entre las brumas en el olvido. Confiemos en que, a partir de ahora, tengan su reconocimiento y pasen a ocupar el lugar que merecen dentro de la historia de nuestro fútbol.
 

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